Estamos de vacaciones en Cantabria. El verde es intenso. La primera estancia es en la zona de Puente Viesgo. Cinco días. La Casona Azul es tan encantadora, como su jardín y sus administradores: Jesús y Paz. La gastronomía, espectacular.
Sin embargo, desde que he entrado en Cantabria y observo los bosques que salpican, a veces inundan, estas verdes montañas, siento dolor.
¿Por qué? Porque por todos lados, de forma ABUSIVA, veo eucaliptos. Esos penachos deshilachados que han invadido nuestro norte: Galicia, Asturias y Cantabria. Montañas enteras de eucaliptos desde la entrada en Cantabria desde Bilbao, hasta pasado Santander. También bosques autóctonos sesgados por esta invasiva y empobrecedora especie.
¿Quién ha llevado esta política penosa de población de bosques?
¿Dónde están los laureles, rebollos, castaños, fresnos, tilos, alisos, nogales, robles, arces, serbales, ...?
Si esta es la verde Cantabria que nos queda, la "Cantabria Infinita", ¡qué pena!
El ecologismo sensible, culto y responsable, no se sentirá a gusto en esta parte de Cantabria.
No puedo más que sentir pena al ver las montañas.
¿Quė hemos hecho?